Actualmente la sociedad se encuentra sumergida entre el conflicto del consumo masivo, directamente ligado a la necesidad de mejorar la calidad de vida del ser humano. Sin embargo, es imposible plantearse un “Estado de Bienestar” cuando el nivel de consumo segmenta a la población, genera mayor desigualdad a la hora de adquirir bienes y servicios. 

Desde la sociedad civil se construyen diferentes iniciativas para crear actividades de triple impacto, que reúnen factores sociales, ambientales y económicos, con el fin de contribuir al desarrollo de nuevas empresas sociales que logren solucionar parte de las problemáticas planteadas en la Agenda de los ODS. 

Una de dichas iniciativas es el proyecto “La Promotora” impulsada por Fundación Novaterra, cuyo objetivo es resolver retos concretos del territorio por medio de la creación de empresas sociales, que pueden nacer bien directamente promovidas por emprendedores y entidades sociales. 

Sus líneas de acción se dividen en: 

Comercio de proximidad: basado en la compra y venta de productos locales con el fin de promocionar los alimentos y cambiar las injustas reglas del comercio internacional que aumentan la pobreza y la desigualdad mundial. 

Alimentación saludable: promoción de productos frescos que preservan la producción nacional y local de un territorio. 

Dignificación de la agricultura y recuperación de tierras: fortaleciendo el sector agrario para la reconstrucción de una nueva perspectiva, dignificando su papel en nuestra sociedad. 

Logística y Canales de distribución justa: satisfacción de la demanda en las mejores condiciones de servicio, apoyando el uso sostenible de los recursos e impactando en los medios de vida de las personas participantes. 

Movilidad sostenible: como una propuesta para preservar el entorno, reducir los impactos negativos asociados a la movilidad urbana, y promover modos de transporte más ecológicos. 

Acogida y cuidado de personas: brindando contextos de atención y protección a población vulnerable. 

Es importante mencionar que dichas líneas de acción se complementan con alianzas público privadas de empresarios que compartan estos valores, responsables de RSE, entidades sociales que vean una oportunidad en transformar en empresa social su acción para conseguir que sea sostenible, y administración local implicada y motivada en la transformación de proyectos puntuales en empresas de triple impacto.